El mercado de financiación para empresas está en continuo movimiento, surgen nuevos canales y formas de financiación, nuevos productos financieros, y más o menos peso de la financiación pública en el sistema, en función del momento del ciclo económico.

Este dinamismo lleva en ocasiones a confusión sobre cómo utilizar correctamente las fuentes de financiacióndisponibles en cada momento. Para hacerlo correctamente hay que tener en cuenta el momento del ciclo económico de la empresa y el impacto en los estados financieros de la financiación que se va a utilizar. A pesar de la diversidad de productos y canales de financiación disponibles, todos ellos se pueden clasificar en dos grandes grupos de tipología de financiación, deuda o capital, con un impacto muy diferente en los balances y la valoración de la empresa. Los dos son perfectamente válidos para financiar la actividad de la empresa, pero tienen grandes diferencias e implicaciones, así que hoy hablamos de los dos en profundidad.

 

Financiación de empresas con deuda.

La financiación con deuda es la más habitual y la que más volumen maneja en el mercado. Está disponible en bancos, organismos públicos, fondos de inversión, financiación privada y otras formas de financiación como el crowdlending. Se caracteriza por:

  • El financiador o prestamista busca obtener un rendimiento del dinero prestado, una rentabilidad muy inferior a la exigida por la inversión en capital, porque también es menor el riesgo que asume.
  • Busca, también, un retorno en un plazo más o menos corto con un calendario de pagos conocido de antemano.
  • El prestamista no se involucra en la gestión de la empresa ni participa en ella, simplemente presta el dinero para que sea devuelto en el plazo y forma pactados.
  • La deuda computa en el pasivo de la empresa, empeorando su calidad de crédito si no cambia ninguna otra variable. El endeudamiento reduce la solvencia y drena generación de caja libre que se utiliza para atender la deuda contraída. Te recordamos que puedes valorar el impacto de la deuda en una empresa con la plantilla de análisis de balances disponible en la sección de calculadoras y plantillas.
  • El prestamista se fija en la capacidad pasada de la empresa de generar caja, para proyectarla a un futuro próximo y determinar si la empresa va a ser capaz de retornar la deuda. Este análisis viene apoyado por sistemas de scoring basados en datos del pasado. Otra alternativa es que el financiador tome como colateral para asegurar el cobro de la financiación concedida, un crédito de la entidad prestataria con un tercero, normalmente un cliente. En estos casos la entidad prestamista analizará, en base al pasado financiero, la capacidad de retorno del deudor final de la operación. En este tipo de financiación es habitual que exista un documento comercial como el pagaré.
  • El prestamista puede solicitar garantías adicionales que cubran el retorno de la financiación si la empresa no lo devuelve. Las garantías posibles son muy amplias, aunque las más habituales son incorporar avalistas personas físicas, normalmente los propios socios de la empresa, o personas jurídicas, pignoraciones o garantía hipotecaria, por ejemplo.
  • El orden de prelación de una entidad financiera en caso de concurso es peor (se sitúa antes) que el del capital, aunque no es ni mucho menos el primero, antes siempre queda la deuda con trabajadores, hacienda, seguridad social y proveedores.

 

Financiación de empresas con capital.

Es menos habitual, pero igualmente necesaria. Normalmente la financiación en forma de capital es la aportada por los socios fundadores de la empresa, siendo más complejo el obtenerla de fuentes externas no implicadas en la actividad directa o indirecta de la empresa. Sus principales características son:

  • El financiador, en este caso más bien el inversor, busca retornos muy elevados de su capital, pero no son retornos conocidos de antemano, sino que se trata de retornos previsibles a más largo plazo. Puesto que hay más incertidumbre cuando hablamos del futuro, el retorno exigido es mucho mayor y va a depender de la capacidad de la empresa de obtener beneficios y generar valor.
  • El inversor, puesto que es propietario de parte la empresa, puede involucrarse en la gestión, o más todavía, puede tomar el control total si su participación es mayoritaria.
  • Para acordar un precio por la participación en la empresa, se utilizan métodos de valoración de empresas que son totalmente distintos a los sistemas de scoring en los que se basan la financiación de deuda. Te recordamos que tenemos disponible la herramienta de valoración de empresas en la sección de calculadoras y plantillas.
  • El impacto en el balance es muy bueno, ya que mejora la solvencia de la empresa, si todas las demás variables se mantienen constantes, porque el capital se contabiliza en los fondos propios del balance.
  • En caso de concurso de acreedores de la empresa, los socios son los últimos en cobrar, es decir, si sitúan los últimos en orden de prelación, lo que significa que, normalmente, no recuperan su inversión si la empresa concursa, de ahí que exijan un retorno mayor, por su mayor prima de riesgo.

 

Las consecuencias para la empresa de una u otra opción son muy distintas y la necesidad de una u otra fuente va muy ligada al ciclo de vida empresarial. Lo habitual es financiarse con capital en las fases iniciales de lanzamiento y crecimiento de la empresa, y una vez se estabilizafinanciarse con deuda, para volver a ampliar capital si hay previsiones de hacer alguna inversión importante que requiera músculo financiero. La realidad es que la mayor parte del capital que requiere una empresa, especialmente las pequeñas y medianas, lo aportan los socios fundadores, aunque existen formas de conseguir capital externo a cambio de pérdida de control por parte de los fundadores.

En resumen, dependiendo de las necesidades de crecimiento, la disposición de la empresa a dar entrada a nuevos socios y de la estructura de balance, será mejor una opción u otra, y una vez escogido el tipo de financiación adecuado, es momento de escoger el vehículo de financiación. En un mundo ideal, financiarse con deuda es la mejor opción para no perder el control de la compañía, pero el terreno de las grandes apuestas de crecimiento es para la financiación de capital.

 

 

 

Fuente: Financlick.

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