¿Por qué tiene tanta vigencia hablar de habilidades directivas? En un entorno organizacional donde cada día es más frecuente escuchar sobre “felicidad laboral”, “salario emocional”, “bienestar en el trabajo”, entre muchos otros términos, ¿cómo no dar la importancia que merece a las habilidades blandas de un gerente? Precisamente, ante tanta innovación, competencia y cambios, un alto desempeño de un gerente no se mide solo por las ventas o la rentabilidad que genera, sino también por el impacto que logra en su equipo al optimizar su desempeño, motivación y sinergia.

En este artículo hemos querido dedicarnos a las habilidades del directivo; es decir a aquellas competencias o fortalezas que no se aprenden con la sola lectura de un libro o con la simple asistencia a un curso, sino aquellas que se alcanzan con la práctica y el compromiso. 

Parte de la razón por la cual el empleado va creciendo dentro de la empresa, es porque va demostrando progresivamente mayores habilidades para liderar equipos, pensar estratégicamente, adaptarse a nuevos entornos e innovar; además del conocimiento técnico, de mercado y del negocio que va dominando. 

Es clave identificar cuáles son las habilidades que un gerente y un director deben tener para garantizar, no sólo su propio éxito en la posición sino el de todo su equipo y la compañía. Para lograr una comprensión más clara de cada habilidad, describiremos algunas de las conductas asociadas que mejor las distinguen a modo de ejemplos de habilidades directivas.

Listado de las 10 Habilidades Directivas más determinantes actualmente .

Son muchas las habilidades del directivo moderno, aquí encontrarás un listado de las 10 que hemos considerado más relevantes e imprescindibles para ejercer la función directiva con eficacia, competencias blandas que determinarán el éxito de un manager en una organización a largo plazo.

En este artículo nos centraremos en las habilidades directivas, tipo soft.

La importancia de las habilidades directivas radica en tres aspectos: saber (conocimiento), hacer (poner en práctica) y voluntad (querer hacer), deben darse las tres para poder hablar de habilidades o skills. Desarrollar habilidades directivas requiere de práctica diraría y predisposición.

Todas las habilidades serán clave para tu empleabilidad y carrera como directivo

Aquí puedes ver la lista. Posteriormente desarrollaremos cada una de ellas y daremos ejemplos e indicadores que permitan evaluar su nivel de desarrollo:

  1. Liderar Equipos de Trabajo
  2. Comunicación Efectiva
  3. Tomar Decisiones
  4. Delegación y Empowerment
  5. Pensamiento Estratégico
  6. Curiosidad
  7. Resiliencia
  8. Solución de Problemas
  9. Integridad
  10. Inteligencia Emocional

Primera Habilidad: Liderar Equipos de Trabajo

Habilidades directivas y liderazgo siempre van muy de la mano. Todos conocemos el término de “liderazgo” pero pocos comprenden la amplitud misma del término. Ser un líder de equipos va más allá de dirigir a otros para el logro de los objetivos. Significa además influir en cada miembro, motivarlos y hacer crecer en ellos la confianza que necesitan para alcanzar grandes resultados. 

Un buen líder empuja -o “encourage” como se dice en inglés y cuya traducción en español es difícil de encontrar-  para actuar asumiendo riesgos pero con la confianza de enfrentar los retos. 

Contrariamente a lo que muchos pueden pensar que el líder va siempre adelante diciendo con detalle cómo, cuándo y qué se debe hacer, el liderazgo real busca inspirar a que otros actúen convencidos en lo que deben alcanzar. Esto lo describe con claridad la siguiente frase de Nelson Mandela:

“Un líder… es como un pastor. Se queda detrás del rebaño, dejando que los más ágiles salgan adelante, y los demás lo siguen, sin darse cuenta de que todo el tiempo están siendo dirigidos desde atrás”

Habilidades directivas ejemplos e indicadores de la competencia de liderazgo que reflejan que estás logrando liderar a un equipo de trabajo:

  • Incentivas a otros a aprender todos los días.
  • Motivas a pesar de las dificultades que enfrenten.
  • Retas al equipo.
  • Influyes en los demás.
  • Inspiras confianza.
  • Logras una conexión emocional con cada miembro de tu equipo.

 

Segunda Habilidad: Comunicación Efectiva

La comunicación efectiva  aparecerá no sólo como una de las más importantes habilidades directivas, sino una de las competencias más relevantes, casi en cualquier puesto. 

Comunicarse de manera efectiva no es dar grandes discursos y que al final todos se levanten y te aplaudan. Hablar de “comunicación” con tu equipo implica muchos componentes, desde la escucha activa, ser asertivo, utilizar el lenguaje corporal apropiado, ser consistente en el mensaje y adaptar el discurso a tu interlocutor. 

Un buen nivel de comunicación dentro del equipo puede impactar de forma directa en los resultados, en el ambiente de trabajo y en la cultura organizacional, por ello es tan importante esta habilidad. 

Un buen gerente sabe escuchar a su gente y abordarlos de tal manera que sientan la confianza de poderse expresar abiertamente, lo cual incrementa la confianza y genera un ambiente de mayor colaboración y compromiso. 

Es en situaciones de crisis donde esta skill marca la diferencia, el directivo sabe cómo prevenir conflictos y resolverlos si tiene bien consolidada esta competencia de comunicación, siendo capaz de ofrecer propuestas claras que todos comprendan y acepten.

La siguiente frase de Anthony Robbins expresa la clave de la comunicación efectiva: 

“Para comunicarnos de manera efectiva, debemos darnos cuenta de que todos somos diferentes en la forma en que percibimos el mundo y utilizar esta comprensión como guía para nuestra comunicación con los demás”.

Algunos indicadores de la habilidad de comunicación efectiva que reflejan que te estás comunicando adecuadamente con tu equipo de trabajo son:

  • Escuchas activamente.
  • Solicitas y ofreces feedback.
  • Haces preguntas antes de emitir una opinión.
  • Adaptas tu lenguaje a la audiencia que tengas delante.
  • Eres asertivo.
  • Sabes mediar en situaciones de conflicto.
  • Tu tono de voz, volumen y contenido del mensaje son adecuados y consistentes con lo que deseas transmitir.

 

Tercera Habilidad: Tomar Decisiones

Mientras más alto en la estructura organizacional te encuentres, mayores decisiones deberás tomar y más difíciles serán. Sin embargo, al igual que otras habilidades, no es algo que aprendes como la habilidad de trabajar con un software, es mucho más complejo y requiere de afrontar muchas situaciones. 

Muchas veces, hasta que no estás en la situación, hasta que no te equivoques varias veces, no alcanzarás el consolidar esta competencia crucial para un director. 

A veces, enfrentarse a diario a la toma de decisiones en el sitio de trabajo, por muy pequeñas o grandes que sean, puede ser abrumador, tanto para los nuevos directivos como para los supervisores experimentados. 

Los buenos directivos, cuando toman decisiones comerciales cruciales, consideran los posibles resultados positivos y negativos y los riesgos asociados, lo cual es clave para dar el paso hacia adelante y no delegar en otros las decisiones. 

Tomar decisiones adecuadas y correctas da como resultado el éxito de la organización, mientras que malas decisiones pueden conducir al fracaso o al bajo rendimiento; por lo cual todo gerente debe asumir las consecuencias de cada una de ellas, sean un maravilloso reconocimiento, o un importante llamado de atención por parte de la misma empresa.

Peter Drucker, haciendo referencia a la importancia de la toma de decisiones correctas, señaló:

“Management es hacer las cosas bien; liderazgo es hacer las cosas correctas” 

Algunos indicadores de la habilidad de toma de decisiones que reflejan que sabes tomar decisiones adecuadamente son:

  • Analizas diferentes opciones.
  • Consideras las circunstancias, los recursos disponibles y el impacto en el negocio.
  • Ejecutas acciones con calidad, oportunidad y conciencia acerca de las posibles consecuencias de la decisión tomada.
  • Convences a otros de la importancia de generar diversas opciones antes de decidir.

 

Cuarta Habilidad: Delegación y Empowerment

La delegación es una de las habilidades directivas imprescindibles, es una función que está inevitablemente asociada a cualquier posición de manager por varias razones:

  1. No se tiene el tiempo suficiente para realizar todas las tareas bajo su responsabilidad, por lo que debe delegar en otros su ejecución
  2. Supervisan diferentes áreas más operativas o tácticas donde ya hay especialistas que pueden tener un nivel técnico superior, por lo que se les debe delegar en ellos las actividades rutinarias o muy específicas, mientras que el gerente se ocupa de aspectos más estratégicos.

Sin embargo, no necesariamente todos los gerentes saben cómo delegar, ya que terminan muchas veces haciendo lo que se conoce como “micromanagement”. De aquí la importancia de colocar la habilidad de delegación como clave para todo gerente

Esta skill empieza por confiar en el equipo y empoderarlos en funciones y tareas que estén a su nivel de ejecución y al mismo tiempo les ayuda a incrementar su propia confianza en el rol.

Habilidades directivas y gestión de equipos: Los buenos directores saben cuándo ciertas personas están mejor equipadas para realizar tareas específicas y cuándo dejar de sobrecargar a las “estrellas” del equipo. Ver el potencial de un empleado y dar los pasos necesarios para alcanzar un buen proceso de delegación es parte del éxito en la posición como gerente. También, al delegar en las personas correctas no sólo alcanzarás un alto impacto sino que podrás alcanzar resultados más allá de los imaginados. Así lo dice John C Maxwell: 

“Si quieres hacer algunas pequeñas cosas bien, hazlas tú mismo. Si quieres hacer grandes cosas y causar un gran impacto, aprende a delegar”.

Algunos indicadores de la habilidad de delegar que reflejan que sabes cómo delegar en tu equipo: 

  • Identificas las fortalezas de cada miembro del equipo antes de asignar una tarea.
  • Sabes compartir tanto los éxitos como las consecuencias negativas de los resultados con todo tu equipo.
  • Incentivas acciones para potenciar a cada miembro de tu equipo.
  • Fijas objetivos claros y medibles.
  • Haces seguimiento según la capacidad de cada persona.

 

Quinta Habilidad: Pensamiento Estratégico

El pensamiento estratégico es otra de las habilidades directivas más importantes pero comencemos por entender qué significa un pensamiento estratégico. El pensamiento estratégico es un tipo de pensamiento crítico, organizativo y pragmático que implica ver el panorama general, para posteriormente planificar acciones concretas que permitan obtener una ventaja competitiva en los negocios. 

Se entiende que para lograrlo, es fundamental centrarse en encontrar oportunidades únicas que quizás otros no logren observar; incluso, desafiar formas tradicionales de ver las cosas.

Desarrollar un pensamiento estratégico no es nada sencillo, de hecho, hay gerentes que alcanzan altas posiciones en las organizaciones, pero no logran destacarse, precisamente por carecer de esta importante habilidad, ya que es lo que garantiza agregar valor a la empresa. 

Un pensador estratégico siempre está buscando algo diferente, y es capaz de tener distintas perspectivas sobre un mismo aspecto, lo cual le permite alcanzar una mayor objetividad a la hora de tomar decisiones, así como asumir riesgos más calculados. Si quieres lograr un pensamiento estratégico, deberás trabajar en ello, ya que como lo señala Michael Porter:

“El pensamiento estratégico raras veces ocurre de manera espontánea”

Algunos indicadores de la habilidad del pensamiento estratégico

  • Tienes una visión amplia de las cosas, pero al mismo tiempo identificas detalles importantes.
  • Aceptas alternativas.
  • Abordas las situaciones desde otro ángulo.
  • Miras las cosas a mediano y largo plazo.
  • Eres crítico contigo mismo.
  • Identificas oportunidades donde otros no las ven.

 

Sexta Habilidad: Curiosidad

Es una skill natural, en la medida en que crecemos y nos hacemos adultos, tendemos a perder ese sentido de curiosidad que tanto nos caracterizaba cuando éramos niños. Muchos dejan de ser curiosos al sumergirse en la rutina del trabajo, otros para evitar pasar por “tontos” al preguntar sobre algo que ellos creen deberían de saber. 

Sin embargo, es este un rasgo que ha caracterizado las mentes más brillantes y los gerentes más exitosos. 

De hecho, muchos de ellos, incluido el fundador de Microsoft, Bill Gates, describen la curiosidad como una de las tres C del liderazgo exitoso junto con la creatividad y el compromiso, por lo tanto la curiosidad es una habilidad importante en un directivo aunque no lo parezca a priori.

La curiosidad surge cuando se está expuesto a nueva información y se desea saber más, por lo que el líder que desarrolla esta habilidad, logra salirse de su burbuja en un esfuerzo por generar nuevas ideas y ver las cosas desde otra perspectiva.

En un estudio de Donald Sull, Rebecca Homkes y Charles Sull publicado en Harvard Business Review, señalan:

“Simplemente definida, la curiosidad es, ‘el deseo de aprender o saber más sobre algo o alguien.’ Es el punto de partida de toda gran idea, invento y nuevo negocio. Es lo que hace que algunas empresas sean tremendamente exitosas mientras que otras son simplemente promedio, y es la verdadera razón por la que algunos líderes y sus equipos tienen éxito, mientras que otros fracasan”.

Algunos indicadores que reflejan que eres una persona curiosa son: 

  • Buscas profundizar más sobre cosas que ves como “nuevas”.
  • Haces preguntas del tipo: “por qué” o “qué pasaría si”.
  • No te avergüenza preguntar sobre cosas que simplemente no sabes.

 

Séptima Habilidad: Resiliencia

En los últimos años se ha hablado mucho de este concepto, pero quizás nadie pensó vivirlo, o al menos desarrollar esta habilidad directiva como ahora, una vez que pareciera que hemos superado la pandemia.

Hoy en día entendemos que la resiliencia es la posibilidad de reenfocar el fracaso y verlo como una oportunidad de recuperarnos y salir mejor de como estábamos antes. ¿Cuántos, en estos tiempos de trabajo remoto, no se han adaptado rápidamente a nuevas tecnologías como nunca pensó que lo haría? 

Comprendiendo qué es la resiliencia, no es difícil imaginar que todo gerente o manager con importantes responsabilidades afronta casi a diario situaciones que pueden llevarlo a un fracaso, e incluso llegar a él, pero ¿qué pasa luego? Pues precisamente, superar ese fracaso, aprender de él y salir más fortalecidos es una habilidad que todo directivo en nuestros tiempos debe desarrollar.

Para alcanzarlo, es necesario bajar sus expectativas de “perfección”, tanto en sus propias tareas como en las de su equipo, así como el temor al fracaso y lograr una visión amplia para identificar el aprendizaje.

La resiliencia fue descrita de la siguiente manera por Elizabeth Edwards – abogada, autora y activista de la atención médica estadounidense:

“Resiliencia es aceptar tu nueva realidad, aún si es menos buena que la que tenías antes. Puedes pelear, puedes no hacer nada sino gritar por lo que has perdido, o puedes aceptarlo y construir algo bueno. “

 Algunos indicadores de un directivo con la competencia de resiliente son: 

  • Es autoconsciente, y por tanto más atento a sus acciones y a sus responsabilidades.
  • Ve el mundo de una manera realista, lo cual le permite abordar situaciones difíciles y tomar mejores decisiones.
  • Mantiene la calma cuando está bajo situaciones de estrés.
  • Es empático pues logra comprender la situación de otros.
  • Es optimista y logra enfocar la mejor manera de salir de una situación difícil.

 

Octava Habilidad: Solución de problemas

El éxito de las empresas no está solo en alcanzar altos niveles de rentabilidad, está en el hecho de lograr resolver los miles de problemas que en el camino se encuentran para cumplir con las metas. ¿Y quiénes solucionan los problemas?: los directivos dentro de cada organización. 

Los gerentes que tienen la capacidad de analizar sistemáticamente los hechos, diagnosticar la situación y encontrar una solución precisa y viable ayudarán a que el negocio crezca y prospere. Esto además les permite guiar a los equipos hacia el logro de los objetivos al eliminar la frustración, la confusión y los malentendidos antes de que se vuelvan inmanejables. 

A menudo, los buenos directores tienen la habilidad de anticiparse a los problemas y logran abordarlos de manera muy efectiva. ¿Cómo lo logran? La mayoría cumple con pasos básicos de resolución de problema que ya con la experiencia pasan a ser parte de su forma de actuar, a saber: identificar y definir el problema, analizar el contexto, la situación y las variables alrededor de él; desarrollar alternativas de solución; planificar y actuar.

Arnold H Glaslow destaca esta habilidad de un líder de la siguiente manera:

“Una de las pruebas de liderazgo es la habilidad de reconocer un problema antes de que se convierta en una emergencia” 

 Algunos indicadores de que sabes solucionar un problema como directivo son:

  • Investigas y utilizas habilidades de observación para identificar un problema con claridad.
  • Consideras todas las aristas del problema, por muy simple que parezca.
  • Buscas apoyo en otras personas que puedan darte otra visión del problema.
  • Creas soluciones potenciales, analizando pros y contra de cada una.
  • No evades el problema, por el contrario, te preguntas cómo abordarlo mejor.
  • Participas activamente en la solución, asumiendo las responsabilidades y consecuencia de ellas.

 

Novena Habilidad: Integridad

Son los directivos quienes, principalmente, deben ser modelos de integridad en la organización, mediante lo que en inglés se expresa como “walk the talk”, que no es más que predicar con el ejemplo. 

Un estudio realizado por varias universidades en Noruega descubrió que la integridad de los directores generaba un mejor desempeño de los empleados, pues entre otras cosas, fomentan la honestidad y la equidad, creando así un ambiente de confianza dentro del equipo. 

Por lo anterior, es fundamental que todo gerente se de cuenta que sus acciones, palabras y decisiones, con base en la integridad, fortalecen los valores y la cultura de la empresa y garantizan el éxito de la empresa.

Dwight D. Eisenhower hablaba de la integridad de la siguiente manera:

“La cualidad suprema para el liderazgo es, sin duda, la integridad. Sin ella, no es posible el verdadero éxito, ya sea en unos miembros de una pandilla, en un campo de fútbol, ​​en un ejército o en una oficina”.

 Algunos indicadores que tu equipo puede observar como un comportamiento íntegro en ti son: 

  • Eres honesto.
  • Tratas respetuosamente a cada miembro del equipo sin discriminación de ningún tipo.
  • Evitas los favoritismos.
  • Inspiras confianza al cumplir tu palabra.
  • Asumes tus responsabilidades y las consecuencias de tus actos.
  • Cumples las políticas de la empresa, sin cuestionarlas ni queriendo evadirlas por sentirte con derecho en tu posición como gerente.

 

 

Décima Habilidad: Inteligencia Emocional

Según Salovey y Mayer, la inteligencia emocional es una forma de inteligencia que implica la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios y los de los demás, distinguirlos y utilizar esa información para guiar los pensamientos y acciones de uno. 

Suena sencillo pero realmente no lo es. Lograr un alto nivel de inteligencia emocional requiere de: autoconciencia, automotivación, autocontrol de las emociones, empatía y armonización, y dominio de las relaciones humanas. Esto hace que sea una de las competencias directivas más complejas.

Son componentes que hoy en día todo manager debe trabajar para asegurar ese bienestar en el trabajo que tanto buscan los empleados y que no están dispuestos a sacrificar a pesar de los beneficios económicos que puedan obtener. 

Según un estudio descrito en la Harvard Business Review, la inteligencia emocional representa casi el 90 % de lo que hace que se destaquen los empleados de alto rendimiento. Si a esto le sumamos el impacto que produce en los equipos de cada gerente, ya nos hacemos una idea de la importancia de esta habilidad. De hecho, Dale Carnegie lo destaca de la siguiente manera:

“Al tartar con la gente, recuerda que no estás tratando con criaturas de lógica sino con criaturas de emoción.”

 Algunos indicadores de un gerente con inteligencia emocional son: 

  • Practica la “vulnerabilidad selectiva”, es decir, sabe medir cómo y cuán vulnerable puede mostrarse frente a su equipo.
  • Se comunica de forma asertivas entendiendo el impacto que sus palabras pueden tener en el otro.
  • Sabe identificar sus propias emociones, por lo que no demuestra posturas extremas.
  • Solicita feedback.

 

 

 

 

 

 

 

Autor: Aixa Zerpa

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
×