Desgranamos los siete principales motivos por los que septiembre puede ser un buen mes para empezar a preparar los presupuestos anuales de la empresa

  • Los presupuestos son una herramienta clave de gestión empresarial
  • Anticiparse es clave para disponer de tiempo suficiente para sentar las bases de un buen presupuesto

Septiembre es un mes de vuelta: la de los más pequeños al colegio y la muchos trabajadores a sus puestos. Se retoman las rutinas que se interrumpieron con las vacaciones.

El mes de agosto se queda en la retina de unas vacaciones que no volverán, podemos pensar en las siguientes, pero la realidad es que toca retomar la actividad, algo que algunos harán con cierto nivel de estrés.

Son muchos los contables, responsables de administración y directores financieros que habrán disfrutado de unos merecidos días de descanso, una vez cumplidas todas las obligaciones del frenético mes de julio, pero, una vez se ha puesto al día el trabajo, hay que empezar a pensar en los presupuestos anuales de la empresa.

Son una herramienta imprescindible de gestión empresarial, por lo que, para evitar sorpresas desagradables el próximo ejercicio, la realización de los presupuestos, su seguimiento, análisis y la toma de decisiones para corregir las desviaciones, serán de gran utilidad para todos aquellos que se encargan de cerrar las cuentas anuales de las empresas y presentarlas a los administradores y a la junta general para su aprobación.

 

¿Para qué sirven los presupuestos anuales de la empresa?

En el presupuesto anual de la empresa se planifican las operaciones que deben realizarse, así como los recursos necesarios para su realización, todo ello cuantificado en términos monetarios, con el fin de poder alcanzar los objetivos estratégicos definidos por la dirección.

  • El presupuesto no puede ser una lista de datos que se acumulan en un programa contable o en una hoja de cálculo, ya que los datos tienen que estar fundamentados, pues, aunque «el papel lo aguanta todo», no podemos presupuestar que se duplica la facturación de la empresa sin tener en cuenta si su estructura puede no soportar ese crecimiento.
  • La primera fase del presupuesto es la reflexión, de manera que hay que empezar definiendo lo que se quiere conseguir tanto a nivel de ventas como de resultados para, luego, empezar a cuantificar los recursos necesarios para la consecución de los objetivos.
  • Los presupuestos de una empresa nos permitirán detectar, entre otras cosas, si se cumplen las previsiones de ventas, si los gastos de estructura son soportados por estas, si los costes financieros se comen los beneficios o, bajando más al detalle, si un vendedor es o no rentable para la organización.
  • Además de la contabilidad financiera, para la elaboración y seguimiento de los presupuestos, se puede utilizar la contabilidad analítica, con la que podemos llegar a un grado de detalle y análisis al que no llega la contabilidad financiera.

Siete razones para empezar los presupuestos en septiembre.

Septiembre puede ser un buen mes para la realización de los presupuestos anuales, principalmente, por los siguientes motivos:

1. Cuenta atrás para el cierre del ejercicio contable

Desde enero hasta julio todavía se mantienen obligaciones del ejercicio anterior. Agosto es un mes en el que los responsables de la contabilidad suelen cogerse vacaciones y, una vez empezado septiembre, comienza la cuenta atrás para el cierre del ejercicio contable.

 

2. Que no nos “pille el toro”

La elaboración de los presupuestos debería estar finalizada antes de acabar noviembre, de modo que se pueda utilizar el mes de diciembre para su revisión y presentación a las partes implicadas en su cumplimiento. Por lo tanto, cuanto antes nos pongamos con ellos, menos apurados de tiempo estaremos en noviembre.

 

3. Datos suficientes

La base de un presupuesto se puede fundamentar, entre otras cosas, en los datos históricos registrados en la contabilidad, los cuales serán el punto de partida para la elaboración del presupuesto. Entrados en septiembre se tienen ya los datos de más de la mitad del ejercicio en curso y el cierre contable del ejercicio anterior.

 

4. Anticiparse a periodos con más trabajo

Una vez finalizado septiembre, solo quedarán tres meses para finalizar el periodo de cierre contable, siendo diciembre y enero meses de más carga de trabajo, por las obligaciones fiscales y los ajustes contables de cierre de ejercicio. Es por ello por lo que, si no hemos terminado los presupuestos a principios de diciembre, este mes puede ser muy complicado.

 

5. Mente despejada y pilas cargadas

Los presupuestos requieren reflexión y trabajo. Al volver de vacaciones con la mente despejada y el cuerpo descansado, puede ser un buen momento para afrontar una tarea que requerirá mucha energía y concentración.

 

6. Todos en la oficina

La elaboración de los presupuestos requiere de la colaboración de diferentes departamentos y directivos de distintas aéreas, por lo que es conveniente que se encuentren en la oficina todos los participantes en su redacción y se soliciten los datos necesarios con antelación suficiente.

 

7. Reflexiones e ideas del periodo vacacional

Muchos trabajadores desconectan totalmente durante las vacaciones, pero son muchos los directivos que aprovechan para reflexionar a pie de playa, sobre nuevos objetivos para la vuelta de vacaciones.

Septiembre, por tanto, llama a que nos pongamos en marcha cuanto antes para lograr un buen presupuesto con el que encarar el futuro con mayores garantías.

 

 

 

 

Autor: Sage.com

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