¿Cómo refinanciar la deuda con las entidades financieras?.

Cuando tenemos la necesidad de ver cómo refinanciar la deuda de nuestra empresa, es decir, reorganizar la deuda adquirida con tal de conseguir mayor rentabilidad financiera, o bien gestionar las nuevas necesidades de financiación en las mejores condiciones posibles, es importante la negociación con las entidades financieras de las condiciones actuales de nuestros productos financieros, con el fin de mejorarlos.

Refinanciar las deudas supone para la empresa una mejora en los tipos de interés o una ampliación de la amortización, para reducir las cuotas que pagamos y de este modo disponer de una mayor liquidez.

Es un proceso que consiste en sustituir los créditos o préstamos en vigor por otros con un plazo de devolución mayor, los cuales permitan a la empresa equilibrar su liquidez y atender sus obligaciones de pago.

Para saber cómo refinanciar la empresa, en la planificación financiera a largo plazo cuidaremos de que la composición de los recursos generados por la empresa y la deuda adquirida sea la correcta, y que además ofrezca el menor riesgo y coste para lograr el mayor apalancamiento posible para la sociedad.

En la refinanciación de empresa siempre será fundamental velar por mantener la liquidez necesaria para atender los pagos, además de gestionar de la forma más correcta la obtención del efectivo necesario que asegure la solvencia de ésta.

Desde las mismas entidades financieras, la refinanciación empresarial se considera como “un apoyo a la economía real y al tejido productivo”, de tal modo que, de no hacerse, muchas empresas se verían obligadas a cerrar sus operaciones y verse abocadas , en consecuencia, a multitud de problemas para la empresa y sus administradores.

 

Motivos que nos llevan a refinanciar nuestra empresa.

Un motivo podría ser el de poder pagar un préstamo del que la empresa ya es deudora, consiguiendo unas mejores condiciones, así como mejoras del tipo de interés.

Otro motivo sería la obtención de un nuevo préstamo que consolide, combine o cubra los distintos préstamos que ya tiene la empresa, realizando un único pago mensual, aunque ello llevará consigo que se alargará el plazo de pago de la deuda.

También sería un motivo el cambio de la estructura de los préstamos de la empresa, consiguiendo una liberalización de efectivo.

Aunque lograr la refinanciación parece más sencillo para las grandes empresas que para las pymes, por su mayor volumen de crédito, una pyme también puede intentar, en caso de verse necesitada, a refinanciar su deuda bancaria, para lo cual es importante que la entidad financiera considere que su proyecto sea viable, a pesar de las tensiones de liquidez, y que se respete un protocolo de actuación que tenga en cuenta lo siguiente:

– Evitar las prácticas contables o fiscales incorrectas.

En un proceso de refinanciación es obligado presentar los datos económicos y financieros de la empresa del mejor modo posible, evitando prácticas contables o fiscales incorrectas e inadecuadas que lleven a la entidad financiera a desconfiar de su veracidad y evitando así la responsabilidad de sus administradores.

Cuando se negocia con una entidad financiera siempre es importante presentar la información bien clara, verídica y transparente, pero en un proceso de refinanciación lo es todavía mucho más.

 

– Priorizar y concretar los objetivos a alcanzar.

Cuando una empresa se encuentra con la necesidad de refinanciar los préstamos y créditos financieros es porque, casi con toda seguridad, acumula varios problemas a la vez.

Es por ello que, en una situación de crisis, es necesario priorizar y concretar los objetivos a alcanzar, porque difícilmente se podrán lograr todos: refinanciar, mantener los salarios, cumplir con todos los pagos a proveedores y acreedores, etc.…

De este modo, puede que la refinanciación de la deuda se logre a costa de reducir, por ejemplo, los salarios de los trabajadores, o inclusive la propia plantilla, o de cualquier otra regularización con proveedores y/o acreedores.

 

– Establecer contacto permanente con el interlocutor de la entidad financiera correspondiente.

En estas situaciones, y mientras duran las negociaciones hasta llegar a cerrar un nuevo acuerdo, tanto el contacto, como el flujo de información entre la entidad financiera y la empresa, debe ser continuo.

Desde la empresa debemos dar toda la información con la suficiente antelación, y coordinar con la entidad financiera los distintos planes que se confeccionen y emprendan.

 

– Demostrar a la entidad financiera la viabilidad de nuestro proyecto empresarial.

Lo normal es que la entidad financiera solicite a la empresa de un plan de negocio para evaluar los riesgos a los que se enfrenta, y que defina un modelo de financiación sólido, sostenible y factible, siendo éste la base inicial de negociación, por lo que el primer paso sería preparar este documento a la entidad financiera con un elaborado y estudiado Plan de Viabilidad que incluya, entre otras cosas, las medidas financieras adoptadas por la empresa hasta el momento.

En concreto se tendrán que confeccionar proyecciones de ingresos, cobros, gastos y pagos, así como de la evolución de los activos y pasivos necesarios para reforzar la estructura financiera de nuestra empresa.

A modo de ejemplo, se pueden plantear desinversiones de ciertos elementos del activo que no sean estratégicos, o bien limitar al reparto de los beneficios durante un período de tiempo.

En realidad, no se trata solo de demostrar a la entidad financiera la viabilidad de nuestro negocio, sino también a la propia empresa, puesto que, si ésta no es viable, refinanciar la deuda quizás lo único que conseguiría sería agrandar el problema, y ese nunca sería el camino a seguir.

 

– Negociar nuevos plazos de amortización, precios e importes.

El objetivo final del proceso de refinanciación siempre será negociar nuevos plazos que permitan equilibrar la liquidez, incluyendo, de ser necesario, periodos de carencia en el pago de intereses o en la devolución del principal, o en ambos casos, que ayuden a conseguir un buen acuerdo.

En su contra, una refinanciación puede conllevar un aumento de la carga financiera total, aunque teniendo en cuenta los bajos tipos de interés de la actualidad, la previsión es que el aumento no sea demasiado significativo.

En un proceso de refinanciación de empresa deben intervenir asesores legales, fiscales y financieros, dado que se trata de operaciones que pueden ser largas y muy complejas, por lo que recuerda que en Martin & Asociados somos consultores expertos en refinanciar la deuda de empresa con las entidades financieras, gestionando nuevos instrumentos de financiación y en mejores términos que los anteriores, lo cual supondrá una correcta y definitiva refinanciación de tu empresa.

 

Por último, y no menos importante, en la refinanciación de estas empresas en crisis nos encontramos con la autofinanciación de las mismas, que a veces y dado que las entidades Financieras no financian correctamente el circulante, los empresarios, porque no tienen más remedio que seguir su día a día (pago nóminas, proveedores, alquileres, cuotas bancarias, etc.), se financian indebidamente con sus líneas de circulante a corto, cuando se deberían financiar a través de líneas de crédito, en resumidas cuentas, podríamos llamarle papel de colusión.

 

 

 

 

Fuente / Autor: Martín & Asociados.

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